viernes, 20 de junio de 2008

Plataforma Política

POLO JOVEN EL CARMEN DE VIBORAL

El POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO fiel a sus estatutos y conforme a su ideario de unidad nacional abre las puertas a los espacios de participación política juvenil, con el propósito de vincular a los y las jóvenes con las distintas dinámicas y expresiones de la política tanto a nivel regional como nacional. La juventud debe hacer parte activa del desarrollo y de la transformación política y social del país, en cuanto es la porción de la sociedad dotada de gran cantidad de cualidades que le garantizan ser factor de cambio y de actualización permanente.

El municipio de El Carmen de Viboral rico en tradiciones y con una cultura arraigada en unos fuertes principios y valores; pero a la vez, influenciado de manera notoria por nuevas visiones del mundo y especialmente de la política, ve la necesidad de abrir sus puertas a nuevas expresiones sociales juveniles que optan por una mirada progresista de la realidad.

En ese sentido, surge la idea de conformar y consolidar una Organización Política Juvenil, consciente de la necesidad de una educación enmarcada en principios democráticos y pluralistas para la sociedad carmelitana, especialmente para la juventud. Identificados con la plataforma política e ideológica del Polo Democrático Alternativo y bajo los siguientes postulados:

*La juventud es la fuerza social capaz de transformar y erradicar del pensamiento colectivo las viejas tradiciones políticas que desdicen de la actividad política como actividad de entrega y servicio para el pueblo.

*La democracia llevada a su máxima expresión, es la forma de gobierno que permite al pueblo la participación permanente en los asuntos públicos, por eso la defendemos y luchamos por su verdadera aplicación.

*La izquierda democrática es una opción política que viene tomando fuerza a nivel mundial, por su cercanía a los pueblos y por su entrega rotunda hacia la democracia social, en consecuencia nos identificamos y nos constituimos como izquierda democrática, progresista y pluralista.

*Sólo por medio de un proceso permanente de educación y sensibilización ante la realidad que vive el país, la juventud podrá tomar conciencia de su papel transformador y de su fuerza contundente para el logro del anhelado cambio.

*El trabajo en grupo, de una forma cualitativa mas no cuantitativa, nos permitirá garantizar los resultados del proceso educativo en el cual nos encaminamos.

*Aceptamos la posición política del PDA y la consideramos como una alternativa viable, necesaria y verdadera para hacer realidad el Estado Social de Derecho en Colombia.

*La utilización de la coacción y de las armas para la consecución de unos fines, es la condición más baja y más turbia a la que puede llegar la humanidad, por lo tanto rechazamos tajantemente cualquier manifestación violenta y no apoyamos ningún grupo u organización armada. Optamos por la implementación de la fuerza de los argumentos y las construcciones colectivas para el logro de nuestros objetivos.

*Como Organización Política Juvenil, aceptamos la pluralidad de las personas, reconocemos el valor de la diferencia y luchamos en contra de los pensamientos únicos que buscan eliminar el disenso y la oposición.

LA GUERRA EN COLOMBIA

Colombia es un país de constantes y repentinos cambios, tantos cambios y tan poca mejoría han generado un clima de insatisfacción e improductividad que lleva a un círculo vicioso, la injusticia es pan de cada día y a raíz de esto se generan grupos en principio políticos y al final terroristas.

En los 60`s después de los gobiernos totalitaristas (muy similares al actual), la desigualdad y la muerte de grandes lideres, empieza la radicalización de grupos de izquierda, por ejemplo las FARC que eran campesinos expropiados (como los paeces ahora en el cauca, que de un descuido del gobierno acabarán siendo otro de los grupos guerrilleros en nuestro país) y el ELN que compartía la filosofía bolivariana con los demás grupos guerrilleros (en esos momentos, guerrillero ahora es una palabra muy grande para cualquier individuo).

En este entonces podríamos considerar esos grupos revolucionarios quizá como los zapatistas e México o los rebeldes castristas en Cuba; pero después de mas de cuarenta años, el deterioro ideológico y físico de los máximos lideres, han terminado por acabar con oxidados fusiles que solo sirven para ganar algo de dinero y con entelarañada revolución podrida de recuerdos en los rincones de algunos que hoy aprovecharon su momento histórico.

En si nuestra guerra interna no ha dejado mas que muertos de un lado y otro y solo presidentes mediocres (como el actual) que no han logrado cumplir con el fin por el que han sido electos; acabar con esta guerra maldita…

Porque han decidido combatirla con armas y mas guerra y no con educación…

Cabe entonces agregar que el polo democrático alternativo no esta de acuerdo con ninguno de los dos extremos, ni con los terroristas legales los que se suben al poder, ni los ilegales , que se quieren tomar el poder.

Nuestro partido aboga por la paz y por la unidad, no por las armas legales o ilegales, vale aclarar esto para que no nos pase como a nuestros queridos (y abatidos en su mayoría) compatriotas de la UP que fueron muertos por sus ideas (aunque mal interpretada por quienes los asesinaron).

Es hora de la revolución, la revolución no da espera, pero no esa revolución armada, es hora de la revolución verdadera, de la revolución del pueblo, de la revolución de la educación de la educación de calidad y gratuita, pública y buena.

¡El país pide a gritos educación ¡

“la revolución no da espera”

ALEJANDRO ARCILA

2008

jueves, 19 de junio de 2008

Una Distinción Importante

555…?

Ante una reiterada pregunta que me han hecho, de si estoy en contra del presidente Álvaro Uribe Vélez, yo respondería que no; no estoy en contra de la persona de Álvaro Uribe, lo cual no indica que apruebe o acepte sus políticas y el proyecto político que representa.

Es una claridad importante que hay que hacer, puesto que no es lo mismo criticar a un individuo en su condición de ser humano, que desaprobar el actuar como gobernante de esa persona. Por lo tanto, yo desapruebo y estoy en contra de Álvaro Uribe, en cuanto a su actuar y proceder como gobernante.

Para hacer público este pensamiento, debo ser absolutamente prudente y explicar, al menos brevemente las razones de mi posición, especialmente por la condición que ostenta mi “criticado” –presidente de la República- y por el fenómeno político, que valga la pena reconocer, encarna este personaje.

Creo que si solicitaran a los colombianos una calificación de 1 a 5 para valorar la labor y la personalidad del presidente, serían muchos los que sin vacilar, le atribuirían el 5 como nota definitiva; pero tampoco me cabe la menor duda, que una gran cantidad de colombianos, entre ellos la mayoría de los intelectuales del país no escatimarían esfuerzos en apuntalarle el uno como nota final, entre ellos me incluyo.

Cabe entonces decir que esos sensatos colombianos, no estarían desaprobando la labor de Uribe por ser Uribe, porque ese absurdo personalismo político es un factor de desorientación de la opinión pública, y esos colombianos no están a favor del personalismo político, sino de la exposición y el antagonismo de los proyectos políticos que se presentan actualmente en el país.

Es entonces, un proyecto político y no una persona lo que rechazan aquellos mal llamados “anti-uribistas”; un proyecto político que contradice las necesidades y expectativas de la población colombiana y enmascara todos los males de la nación en la sobreestimada amenaza terrorista, que se pretende combatir con la falsa seguridad democrática; un proyecto político que por medio de la manipulación mediática, orquestada por los medios masivos de desinformación, elimina el disenso, necesario en una democracia y penaliza la oposición, tratando de generar un pensamiento único y totalitario; un proyecto político que tiene las rodilleras listas para inclinarse ante los intereses oligárquicos y transnacionales, pero tiene cargada la bayoneta para reprimir cualquier tipo de inconformidad y expresión social; un proyecto político que enaltece y dignifica el autoritarismo, a la vez que relega los principios y valores sociales y democráticos; un proyecto político que premia el delito, pero estigmatiza y desconoce la lucha por la reivindicación de los derechos humanos; es en fin, un proyecto político que representa y materializa los principios retardatarios y reaccionarios de una extrema derecha caduca, -que nos trae a la retina experiencias nefastas como el fascismo italiano o el bonapartismo peruano-.

En consecuencia, es ese proyecto político, que muchos enajenados no titubearían para calificar con un 5, el que gran cantidad de intelectuales, organizaciones sociales y políticas, minorías éticas y raciales, defensores de derechos humanos, columnistas, estudiantes y jóvenes en general, rechazamos, contradecimos y condenamos, por su carácter autoritario, antidemocrático y represivo.

La historia será la encargada de juzgar…..

SEBASTIÁN MIRA

miércoles, 18 de junio de 2008

pintarse de amarillo

“Entre el blanco y el negro, puede estar el gris; entre el día y la noche, está el crepúsculo. Pero el gris no reduce en lo más mínimo la diferencia entre el blanco y el negro, ni e l crepúsculo la diferencia entre el día y la noche”

Norberto Bobbio

Los ciudadanos que conscientemente y en pleno uso de su razón, asumen una posición política clara y coherente con sus principios, están dando el primer paso en la configuración de una democracia real.

Pero, decir que esa posición la asumen en uso pleno de su razón, nos tiene que llevar a la conclusión de que ningún factor de manipulación ha interferido para la toma de esa postura. Y decimos que una democracia se fortalece con este tipo de coasociados, pues son personas que van más allá de los personalismos políticos a los que nos impulsan los medios de comunicación y la propia mercantilización de la actividad política, puesto que tienen la osadía de vincularse con una opción política, aceptando los compromisos éticos y ciudadanos que esa situación conllevan.

En Colombia han sido realmente pocas las opciones que han surgido de proyectos políticos serios que alienten a las personas a participar de una manera militante y activa, pues, aparte del absurdo bipartidismo frentenacionalista, las demás opciones han sido rechazadas y estigmatizadas o han tomado rumbos muy a los extremos –quizá obligados por la misma situación de exclusión a la que se han visto abocadas-.

Hoy, podemos afirmar, que son muy pocas las personas que asumen una posición de militante dentro de un partido o movimiento político, mas bien se dejan llevar por el vaivén de la coyuntura electoral o se ubican en ese ambiguo gris crepuscular que no permite diferenciar los proyectos ideológicos que ha asumido uno o el otro.

De alguna manera esa postura de indiferencia o apatía puede atribuírsele al grado de intolerancia hasta el que hemos llegado los colombianos con el que piensa diferente, pero no puede dejar de preocuparnos los altos índices de abstencionismo y de desconocimiento que tienen las personas de la cosa pública y de la dinámica de integración social, casi nula en estos tiempos modernos.

Algunos también pueden hablar de la miseria de las ideas, la falta de opciones, la impopularidad de los políticos –a excepción de la de algunos expertos en demagogia-, en fin hay un problema crítico. Pero incluso, yo podría ir más lejos y afirmar que el sustento de muchos de los movimientos y partidos que son las personas en una actividad asociativa de intereses y preocupaciones comunes, está siendo vil y estratégicamente aniquilado por un sistema que niega e impide con cada vez mayor énfasis, la opción y la necesidad de asociarnos como miembros de una comunidad. Esta realidad puede corroborarse con el impedimento para la sindicalización de los trabajadores, la desaparición de espacios públicos, el individualismo egoísta de las personas, la desconfianza entre vecinos, etc, todo esto orquestado por un sistema que se siente más seguro con individuos solitarios que no se sienten a pensar y a debatir sobre lo público.

Bueno, las cartas están tiradas sobre la mesa, de cada uno de nosotros depende, seguir apáticos o embarcarnos en el tren de la participación política, opción que yo acojo e invito a muchos a que se sumen a pensar qué es lo que realmente hay detrás de las verdades impuestas por los medios de desinformación, que arrastran a las masas a un peligroso pensamiento único y a una polarización con fines de desaparecer la oposición que valientemente levanta las banderas de la justicia y la democracia, aún en contra de la corriente mediática.

Por último, y ante la disyuntiva de si el blanco o el negro, yo decido pintarme de amarillo y empezar a soñar y a construir una Colombia diferente. Porque otra Colombia es posible.

SEBASTIÁN MIRA